Descubre el sufijo más exagerado del español: -azo y –aza

¿Qué esperas para aprender los sufijos del español? Descubre el sufijo más exagerado: el aumentativo –azo y sus significados más comunes en la conversación.

 

View this post on Instagram

 

A post shared by Mar Ayala Castillo (@profesoraespanol_mar) on

¿Qué son los sufijos? Los sufijos son esas partes finales que se incorporan a una palabra que ya tiene significado por sí misma, por ejemplo la palabra casa: María tiene una casa en el campo.

En cambio, el ejemplo con sufijo es: María tiene una casaza en el campo. Esta última oración en la que casa termina en –aza, el sufijo aporta un significado añadido.

El sufijo –azo y –aza del español

Ahora la pregunta es la siguiente ¿qué diferencia hay entre una casa y una casaza? ¿Cuál de las dos es más lujosa o más grande? ¿Y entre un coche y un cochazo? ¿Cuál de los dos crees que es un Ferrari? Y si decimos: ¡Marta es una madraza! O ¡Tengo un padrazo! ¿De qué tipo de madre y de padre hablamos?

Los sufijos se incorporan a algunas palabras para aportar ciertos matices de significado que, en general, son aumentativos.

Una manera de resumir el significado que aporta el sufijo –azo y –aza en las palabras a las que acompaña es decir que siempre es aumentativo, ¡es un sufijo muy exagerado!

A continuación te presento los dos usos más habituales de este sufijo.

Primer uso del sufijo –azo y –aza

Los sufijos –azo y –aza se incorporan a un grupo de palabras para aportar grandiosidad, lujo, la idea de gran calidad.

En el caso de casaza, se entiende que es más que una simple casa, se trata de una casa grande o lujosa. Si se dice cochazo, probablemente sea un coche de muchos caballos o que ha costado mucho dinero. En el caso de madraza o padrazo estamos hablando de una madre o un padre muy buenos, es decir, que son ejemplos de padres modélicos.

Entre las palabras que pertenecen a este grupo, muchas de ellas aluden a partes del cuerpo: ¡Elsa tiene un pelazo!, que indica que el pelo de Elsa es brillante, fuerte o bonito, por ejemplo. Si se dice que una persona tiene unos ojazos no significa que su vista sea perfecta y que no necesite llevar gafas, sino que se está remarcando con el sufijo aumentativo que tiene unos ojos grandes y bonitos.

En este primer grupo de palabras el sufijo aumentativo –azo y –aza adopta el género de la palabra a la que se adhiere (como casa es femenino incorpora –aza en femenino también).

Segundo uso del sufijo –azo y –aza

En el segundo grupo de palabras con –azo están las que hacen referencia a un golpe: un portazo es un golpe con la puerta, por ejemplo “Carlos se enfadó y cerró la puerta con un sonoro portazo”.

Este significado de golpe se añade a algunas partes del cuerpo y se llama al golpe con el puño un puñetazo; el dado con la mano, manotazo o con el codo, codazo.

Además de la diferencia de significado, hay que indicar una diferencia gramatical más: cuando el sufijo –azo indica golpe siempre es masculino, aunque la palabra de origen sea femenina, como se puede ver en el caso de mano, que es una palabra femenina pero por el sufijo se transforma en masculina: El niño dio un manotazo al vaso de leche y lo tiró al suelo.

Reserva tu clase de prueba gratis para seguir aprendiendo las herramientas que necesitas para comunicarte en español en tu día a día. ¡Te estoy esperando! 🙂